En la pasada noche del viernes, los habituales descerebrados que tenemos en nuestro pueblo, que se dedican a destruir, ensuciar, pintar y demás actos vandálicos, porqué si y sin beneficio alguno, han perpetrado una nueva salvajada incalificable.
Destruir el vallado de las pistas de petanca, en la calle Antón, utilizadas preferentemente por el colectivo de mayores.
Es inaudito tener que soportar día tras día los actos de estos incalificables individuos, que parecen no tener ética alguna, ni familia que les controle.
Alguno podría contar alegremente la fechoría realizada a sus mayores, diciéndole:
Mira abuelo, como te fastidio, ensucio y rompo los lugares donde puedes relajarte después de haber propiciado la creación de un monstruito como yo.
Algunos deberían pasar directamente de los centros educativos al frenopático.
No hay comentarios:
Publicar un comentario